Estaba sorprendido.
Alguien le había obsequiado una maceta.
Una maceta que solo tenia la particularidad de estar vacía...con tierra oscura y seca, sin plantas, sin hojas, sin flores, sin verdes ni brillantes colores para recrear la vista; ni para irradiar con diversas tonalidades, el comenzar de cada jornada.-
Una mañana, se dió cuenta, que si pretendía ver en todo lo que se podía tornar aquella maceta, debía sembrar semillas, las que cuidándolas día tras día, en algún momento germinarían.; entonces, mojó la tierra con agua fresca, metió los dedos en el barro ya húmedo del macetón, y colocó un par de semillas bien profundas.
Regándola cada noche y cada amanecer ...esperó...
Regándola cada noche y cada amanecer ...esperó...
Con el correr del tiempo, salieron los primeros brotes, que luego se hicieron tallos mas firmes; tallos que con el primer verano, dieron grandes hojas verdosas, entrelazadas con florecillas de diversos tamaños y colores..
La bautizó Micaela.-Micaela era una planta noble que crecía día tras días, que si bien siempre vibraba y resurgía con energía, era algo vulnerable a las inclemencias del tiempo; algunas veces, cuando percibía frío o algún viento extraño la sacudía, ella se escondía en sí misma , y ocultaba rápidamente la belleza de sus flores.-
Con las cascadas cristalinas de la regadera, regalaba mes a mes, con la paciencia y fidelidad de un roble, nuevos capullos aterciopelados, procurando hacerle sentir a quien le había dado vida, que por él viviría y que jamás moriría; pero que mucho menos le fallaría.-
Pensaba que ella era mágica. Y que devolvería a su creador, con cada luna y cada sol, la esencia de todo el sincero afecto, con el que ella consideraba, -e intuía-, que él la había "inventado"...porque era una planta que confiaba bastante en Dios... y que había aprendido a amar.
Creía en alguna parte de su ser, que su existencia sería infinita como el cielo ...y radiante, como las estrellas.
Pero una noche, que parecía cualquier otra del montón, tuvo sed...y el agua no llegó.
Y por la mañana siguiente, un golpe seco, confuso e inesperado le destrozó los pétalos mas rojos, de una bonita y pequeñita flor, que en ella se había abierto durante el atardecer anterior, bajo los últimos rayitos de sol, de una jornada cálida de principios de febrero.- Sus bellas hojas verde esmeralda, ahora le estaban doliendo intensamente; lucían arrugadas y ardidas; es que habían sido aplastadas por una aguda decepción.-
A los pocos días, quien la cuidaba, quien ella creía que la quería con locura, casi sin avisarle, repentinamente había resuelto abandonar la propiedad donde se hallaba; donde ella transcurría sus días, acomodada contra una esquina, de la galería de aquel mirador. Para su mayor dolor, imprevistamente descubrió, que su decisión ya había sido comunicada a los vecinos del edificio mucho antes que a ella; rompiéndose en mil pedazos el corazón de su tallo.- Quebrada, desconcertada, intentó preguntar, y cuando oyó el claro portazo, confirmó bruscamente y con pesar, su mas hondo desengaño-.
Y allí se había quedado; en un costado, sola, sobre un rincón de la pared del balcón, preguntándose como haría para seguir existiendo, y sobretodo cómo conseguiría seguir dando flor...después de tanto desasosiego, profundo sentimiento de injusticia y aborrecible desilusión.-Repentinamente, un vacío inmenso se apoderó de su raíz , que herida dentro de la maceta, sangraba de a borbotones, savia de incredulidad y furioso desencanto.
Le pareció por instantes, haber vivido años atrás, esa misma situación; loca sensación de inexplicable abandono y desolación; y ese dejavú, por cierto, agravó su estado. -A partir de allí, plantitas y arbustos amigos, intentaron auxiliarla; es que la veían afligida y deteriorada; percibían, entre asombro y perplijidad, que lo que estaba atravesando, no parecía ser justo, ni entendible, ni natural.- Pero a pesar de lo esfuerzos realizados, nadie podía hacer ninguna cosa, porque a ella practicamente ya nada le importaba.
De nada servía lo que le dijeran; en vez de reflotar, se sepultaba.-
De nada servía lo que le dijeran; en vez de reflotar, se sepultaba.-
Por un largo período, estuvo convencida, que por cada crepúsculo, su existencia se iría marchitando un poquito mas; que la madre naturaleza se había ensañado con ella, que nunca nadie jamás, podría volver a verla crecer, y que simplemente dejaría de iluminar aquel lugar, porque élla, Micaela que estaba viva por fuera, en su interior yacía muerta.-
De pronto, con el transcurrir de varios albas... .un fuerte aguacero le cambió el rumbo a la percepcion..
Comprendió, que de todas formas, no dependía de quien se había ido, para sobrevivir; que las tormentas le brindaban de todos modos el agua para saciar su sed, filtrándose la lluvia de a gotitas por entre las rejas, y que el sol, siempre atento, le seguía concediendo su calor.
Que quizás todavía habría oportunidad, para que en las próximas primaveras, volviera a entregar preciosos capullitos de flores; ésos con los que ella sabría servir al paisaje con generosidad; acompañando a los pájaros y a las mariposas de inquietantes alas coloridas; papel celofán multicolor silvestre, que sobre si misma se posarían, junto con algún gracioso picaflor, que de a ratos se acercara, desde algún jardín cercano, hasta aquella terraza balcón.-
Que quizás todavía habría oportunidad, para que en las próximas primaveras, volviera a entregar preciosos capullitos de flores; ésos con los que ella sabría servir al paisaje con generosidad; acompañando a los pájaros y a las mariposas de inquietantes alas coloridas; papel celofán multicolor silvestre, que sobre si misma se posarían, junto con algún gracioso picaflor, que de a ratos se acercara, desde algún jardín cercano, hasta aquella terraza balcón.-
Y aún dolorida, su fluida imaginación, la resucitó de sus cenizas, dentro de ese macetón.
Pudo ver que solo su raíz estaba enterrada, pero que ella seguía firme en la vida, muy dañada todavía, pero con el espíritu de un león!!!.
Que igual seguiría siendo Micaela, que no dejaría de ser esa planta frondosa y especial en que había sido convertida, y que, -lo mas importante-, siempre habría algo de su creador en ella, a quien de todos modos y pese al súbito e inesperado alejamiento y desprecio, no lo olvidaría; no solo porque ya no podría hacerlo más, sino porque en definitiva, había decidido quedarse con los momentos increíbles, en los que él le había otorgado luz y magia a su existencia.-
La otra parte jamás la entendió ..o prefirió creer que tal vez fue una grave equivocación.- No supo bien si fue temor a amarla demasiado o crudo desamor, ya que él parecía protegerla con excesivo cariño, amor y atención.-
Aceptó de una vez por todas con tristeza, que aquél quien la engendró, probablemente se perdería de verla florida en el futuro; pero comprendió con alegría, que pese a esa gran frustración, aquella gran herida, no le impediría volver a florecer.-
1 comment:
La felicito de corazón, por lo que transmiten estas letras. Y le deseo que nunca deje de florecer, porque, aunque no la conozco, intuyo que merece lo mejor. Besos
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