ESPECIAL (Relatos del Alma II)
"Y me volví a casa. No quería ni pensar en lo que había escuchado. No quería creer que una vez mas, me podía haber equivocado tanto.
Otra vez, ecos de palabras que me repiqueteaban en los oídos, lastimándome una y otra vez.- Buscando entender mi error. Intentando comprender. Buscando entre los rayos del sol de un cielo despejado, una explicación que me dejara conforme. Una respuesta real. Un discurso sincero. Una muerte metafóricamente menos dolorosa. Y no pudo ser.
Sentarme en el suelo con los jeans mas rotos. Sujetarme los cabellos rubios con una vincha, y dejar las lágrimas guardadas en el pañuelo mas blanco del cajón, como trofeo de no se cuantas horas desperdiciadas.-
Café. Té. Chocolate. Algo que corte el frío helado del alma, en el que me envolvían los pensamientos.-Ir y volver con la mente, de lugares donde nunca querría haber estado. De situaciones que ahora nunca querría haber vivido y que paradójicamente amé vivirlas. De sueños que parecían reales y de realidades tan especiales y cálidas que parecían sueños. No lo soñé. No fue mentira. Y es muy cierto aquello de que lo que importa no es la realidad, sino como se percibe: pero si, pero no; pero no se. Pero tal vez...
Y quedarme dormida por cansancio. Y despertarme de repente y no encontrarte, porque nunca estuviste. O sí que estuviste -de muchas maneras-pero ya no estás...
Y me vuelve a doler. Y ya es la mañana nuevamente. Me levanto. El agua de la ducha, me devuelve con cada gota, la calma interior que pierdo, cada vez que si recuerdo, intento aguantar o desviar el llanto con cualquier pretexto.
Y me vuelve a doler. Y ya es la mañana nuevamente. Me levanto. El agua de la ducha, me devuelve con cada gota, la calma interior que pierdo, cada vez que si recuerdo, intento aguantar o desviar el llanto con cualquier pretexto.
Ya se hace tarde. Me tengo que ir. Salgo a la calle enfundada probablemente con la ropa de moda de esta temporada, y con el pelo suelto. Y en la esquina, tal vez me digan un piropo, y en algún momento, posiblemente, me coloque los auriculares para escuchar los temas que bajé al mp3 y recién entonces, quizás conteste algún mensaje de texto que me llegue al celular; y me divierta.
Un encuentro casual con alguna amiga, una charla de bar con algún conocido, y de golpe estaré nuevamente con la mejor y la mas amplia sonrisa, casi sin tener en cuenta, que la vincha la dejé en el cajón donde guarde el pañuelo y los jeans rotos quedaron tirados a un costado de la cama, como símbolo del día anterior, que ya quedó anacrónico pero que dejó marca".-(Berenice V.)