... hace exactamente un año, me daban un segundo premio en un concurso de pintura, en el que había decidido participar, por un aviso en un diario conocido.
Me acuerdo de San Telmo, del día soleado que fue, del Casal.
Me acuerdo, de la gente que vino esa tardecita, entre familiares y conocidos. De mis amigas. De las chicas entrando a la sala. Verito y Javi con Meluchita(mi ahijada) que era aun mas chiquitita. De Vane que vino especialmente para ese momento. De Any con la flor que traía de Ricky. jajajaj. Tampoco me olvido de los que sin haber podido venir x distintas razones, compartieron de algún modo ese día y la previa, dándome letra para que yo pudiera reirme, y de algún modo festejar con la euforia y dentro del contexto que la ocasión ameritaba-.-Tengo presente todo y a todos. Sin excepciones.
Vale destacar, que fue un enero muy distinto a otros en infinidades de cosas, incluso, mucho mas allá de este abstracto fechado en el 2006, que me regaló la alegría de ser la autora de algo premiado. Fue la medalla, fue el reconocimiento, pero fue mucho mas que eso.-Y no por las artes plásticas específicamente.-
Fue un enero que tuvo su encanto y un brillo muy particular para mi, que me encandilo absolutamente. Fue el puntapié inicial de unos meses posteriores muy intensos que me marcaron bastante: muy malos, muy buenos, pero también muy mios , muy verdaderos; de alto sincericidio, de entrega exclusivamente mental y emocional, aun hoy sospechadamente "errada"; de recuperación imprevista, de una ingenuidad que ya no tenia y que me incitó a plasmar en una tela con acrílicos de colores, la fuerza de un conjunto de afectividad inmanejable, extraña y muy pura que me volvió sumamente vulnerable.-Una ingenuidad, que fue co-responsable con mis ilusiones, de que existiese tiempo después, otro cuadro mas en la pared del ateliere.-(¿Inspiración es que le dicen?...)
Es cierto, que hace 15 días percibí que el 2007 empezaba a quedar ya muy lejos de mi en varios "rubros", pero no deja de ser real,- a pesar que hoy desde algún lado reniegue, desprecie o me fuerce a despreciar esa etapa-, que también fui feliz -al menos por error(¿?)-. Y en eso siento la obligación moral de aceptarlo, aunque reconozco que una parte mía actual, odie que así haya sido.
A 365 días de ese 18, de alguna manera vuelvo a "celebrar" ese evento imborrable de la mejor forma, que creo que es rescatándolo x un rato del baúl de lo pasado, y recreando el recuerdo en este blog, dentro del marco de las sensaciones y de las emociones, que me embargaban por aquella tarde y por ese verano, en gran medida inolvidable.-
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