Fuego

Pensar, soñar, imaginar el calor de lo intenso

Volcán en erupción que irrumpe de nuevo en la calma y quema,

Rojas llamaradas de un fuego que nunca jamas acabará en cenizas.

Pasión ahogada, por la brutalidad inexplicable,

de un destino cruel que permanece inmóvil,

sonriendo mientras mira.

Irrefrenable deseo que lastima,

combinación sutil de virtuales caricias con heridas,

cicatrices escondidas,

un amor que no se olvida,

amarrado por las sogas de un placer secreto,

que se reaviva en las noches,

para morirse de día.

Pieles que no se alternan,

manos que no se tocan,

ojos que no se miran,

labios que no se rozan,

mentiras que son verdades

verdades que son mentiras

la huella se magnifica

y el dolor se profundiza

En el fragor de una lucha

que por intentar resguardar la verdad de la mentira invento,

imágenes agitadas que se enriedan hasta el fin,
 me devuelven la paz que a veces pierdo.
 Impune fantasía irregular, que le roba al cansancio horas de sueño.

Palabras cruzadas,

ratos de silencios,

pacto tácito de no olvidar, los incuestionables recuerdos,

esos que axiomáticamente perduraran en el tiempo.

Juegos imborrables,

risas perfectas,

cariño eterno,

deseo inaguantable; anhelos; sed de besos;

y esa secreta añoranza, que lo que no concluyó, sea posible en el cielo.
O mejor en el infierno...
(Berenice)